Como estrellas fugaces...

¿Y si todo aquello contra lo que luchas es en realidad lo que más deseas?

Ariadna Guzmán pertenece a una buena familia, como la mayoría de las muchachas de su edad sólo tiene dos caminos: casarse o ingresar en un convento. Pero a Ariadna no le agrada ninguna de las dos opciones y está dispuesta a luchar para escapar de un destino que ella considera injusto. No tiene permitido salir del palacete donde viven, pero ella utiliza sus argucias para escaparse y abandonar los muros de la ciudad para ir al bosque y sentirse libre durante un momento.

Sebastián Ayala es un apuesto mercenario, un hombre de honor, un luchador nato, por ello cuando se enamora perdidamente de Ariadna, no se detendrá hasta lograr que ella sea su esposa...

Escribí "Como estrellas fugaces" entre el otoño de 2005 y la primavera de 2006, es una historia ambientada en torno al siglo XIII durante la Reconquista Española. Es una maravillosa historia de amor entre dos personas que se enamoran perdidamente, pero el destino las separa, sin embargo sus almas están tan conectadas que a pesar de la distancia sienten lo mismo que el otro e incluso tienen los mismos sueños. 

Es una obra de ficción, pero como en todo lo que escribo, dejo una parte de mí, ¿es posible conectar con otra persona hasta el punto de sentir lo mismo y tener exactamente los mismos sueños? Pues si no fuera yo, diría que es imposible, que uno no puede soñar lo mismo que otra persona y que no se puede sentir el dolor de una persona que está a kilómetros de ti. Si no fuera yo. 

No es nada común, pero a veces sucede, lo sé porque yo misma lo he sentido y lo he vivido y es bonito, mi historia no tiene nada que ver con la de Ariadna y su amante secreto, pero compartimos la misma esencia. Quizás por esta razón fue mi novela favorita durante muchísimo tiempo. 

En resumen, "Como estrellas fugaces" es una historia sencilla, marcada por los reveses del destino y a lo largo de la novela, los personajes van madurando y van descubriendo que no siempre se puede cambiar el destino... pero si no lo intentas, si no luchas, nunca podrás cambiarlo.

¡Que tengáis un buen día!